Los prolongados apagones que desde hace meses afectan a la mayoría de los cubanos está impactando en la salud mental de muchas familias, dijeron residentes de varias provincias a Martí Noticias.
Este miércoles, la Unión Eléctrica pronostica un déficit de generación en el horario pico, el de mayor demanda, de más de 1.800 MW. El número significa que más de la mitad del país estará apagado de manera simultánea.
Las personas están "alteradas por la necesidad de cocinar y recargar dispositivos como lámparas y teléfonos celulares en tan poco tiempo", explica Maidolis Oribes, vecina de Palmarito de Cauto, en Santiago de Cuba.
"Tú ves a la gente buscando tilo porque están nerviosas". La situación se agrava, indica, porque "no te dejan dormir como debe hacerlo un ser humano, las horas que necesita, entre el calor intenso y los mosquitos".
Las centrales termoeléctricas cubanas están obsoletas tras décadas de explotación y falta de inversión y mantenimiento. Eso, unido a la escasez de combustible, entre otros factores, ha provocado una crisis generalizada.
El cubano Héctor Delgado compartió esta semana una imagen en sus redes sociales de una familia, con un menor de edad, durmiendo en el balcón de un apartamento.
"Está es la triste realidad que viven las familias cubanas, dormir en los balcones, techo de las casas de placa, dónde corra una brisa de aire para tratar de descansar y que sus hijos puedan dormir algo", comentó.
"Con hambre y sueño van a trabajar y sus hijos a la escuela, la poca comida que pueden luchar se les descompone por falta de frío en sus refrigeradores", detalla.
Con solo dos o tres horas de electricidad al día, los cubanos gestionan sus tareas diarias. Oribe describe que cuando llega la corriente hay que correr a recargar "todo lo que sea recargable" y aprovechar y llamar a la familia.
"Después te la quitan y no hay ni cobertura ni conexión. Tú no puedes hablar por teléfono de ninguna manera en apagón.
La activista Lisandra Rivera, residente en la ciudad de Santiago de Cuba, añade que cocinar es una de las prioridades. Según explica, "cuando la ponen la gente lo primero que hace es correr a ver si puede adelantar algo del almuerzo o de la comida con la electricidad".
Raúl González, un activista de Cienfuegos, cuenta que ha visto a muchas personas en crisis depresivas por "esa monotonía diaria".
El descanso es difícil con tan pocas horas de electricidad y "el hambre aumenta cada día más, y también las enfermedades", agrega. Los cubanos llevamos "meses sin poder dormir".
Madres se quejan en redes sociales por la situación de sus hijos, que a pocos días de que acabe el curso escolar, se van para las escuelas sin haber dormido a realizar sus exámenes.
Cuatro apagones nacionales han afectado a Cuba desde finales del año pasado. El más reciente ocurrió en marzo, cuando el país quedó a oscuras un fin de semana completo.
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